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En el mundo digital, especialmente cuando hablamos de posicionamiento orgánico, existen diferentes factores que se deben considerar y medir con la intención de alcanzar buenos resultados y, por ende, lograr cumplir con las estrategias de marketing y de la marca en general. Estas métricas son las encargadas de darnos informes constantes sobre las acciones que realizan los usuarios en nuestros sitios web y de qué manera se están relacionando con ellos. Para comenzar la analítica web, definiremos qué es la tasa de rebote y por qué tiene tanta importancia.
Es importante partir de que el encargado de definir cuáles son las métricas que se deben tener en cuenta para el posicionamiento SEO es Google. Este último nos brinda entonces una herramienta bastante práctica para obtener los informes requeridos: Google Analytics. Esta herramienta analiza cada una de las sesiones de nuestra página web con la intención de determinar cuál información es realmente relevante para el usuario y cuál otra no está funcionando. La idea de esto es que mejores las cosas que pueden estar fallando dentro de las estrategias de marketing y hagamos todo lo que sea necesario para empezar a crear contenido optimizado, que fidelice y genere acciones.
Para Google Analytics el porcentaje de rebote es una de las métricas más importantes y las que más dicen sobre el progreso de las estrategias de marketing. Este es el porqué.
Y entonces, ¿qué es la tasa de rebote?
Efectivamente. Google ahora nos pide mucho más que únicamente contenidos lo suficientemente extensos. Cada vez es más y más importante prestar atención a la experiencia de usuario al momento de relacionarse con las páginas web. Es por esto que la tasa de rebote se considera como una métrica fundamental dentro de la analítica web y es igual de importante solucionar todos los problemas que se derivan de ella.
La tasa de rebote es una métrica que se refiere al porcentaje de usuarios que accedieron a la página web, pero que, por una u otra razón, salieron sin interactuar con la misma. Es importante aclarar que el tiempo no es un factor determinante de la tasa de rebote, es decir, el usuario se pudo demorar x tiempo leyendo la página, pero si no generó ninguna acción ni pasó a otra sección, se marcará como rebote.
De igual manera, es importante tener en cuenta que es difícil encontrar un porcentaje de rebote que sea óptimo y estándar. Este tipo de métricas depende muchísimo del tipo de sitio web que se esté midiendo: la tasa de rebote de un Ecommerce puede ser muy distinta a la tasa de rebote de una landing page o de un blog de literatura. La recomendación es que sean los mismos sitios web los que determinen desde un primer momento que porcentaje de rebote puede ser aceptable para ellos —de acuerdo con los objetivos, el contenido y el diseño — e intentar mantenerse dentro de ese límite. Aunque la tasa de rebote es un indicador eficiente del funcionamiento del marketing digital, es siempre ideal ponerlo en confrontación con otras métricas para tener resultados mucho más precisos.
De todas formas, para calcular la tasa de rebote, Google Analýtics nos proporciona la siguiente fórmula de aproximación: el porcentaje de rebote es igual a las visitas que abandonan la página sin interactuar, sobre el número total de visitas, multiplicado por 100. Pero ¡ojo!, esto solamente arrojará el porcentaje, el número, pero, como dijimos anteriormente, dependerá de las situaciones específicas si la tasa de rebote es buena o no.
SEO y la atención hacia la tasa de rebote: ¿por qué es tan influyente?
La tasa de rebote trae beneficios al posicionamiento de una página web en cuanto que dan claridad acerca del cumplimiento real y práctico de los objetivos que hemos establecido para dicha página, es decir, si queríamos que a través de la página el usuario comprara un producto o descargara un catálogo y al momento de ingresar a la página web el usuario decide irse sin realizar esta acción es claro que algo está fallando. La tasa de rebote, literalmente, nos está diciendo que se ha presentado un problema con nuestro contenido y que no fue lo suficientemente atractivo para que el usuario se decidiera a dar un click o a descargar el archivo.
A partir de esto también podemos decir que la tasa de rebote es una de las tantas métricas que le permiten a Google entender nuestra página web. Google no la va a leer ni va a determinar por si solo si el contenido de ella es de calidad o no lo es; nosotros, los usuarios, nos convertiremos en la herramienta que, a través de acciones específicas, podrá decidir si las páginas posicionan o no.
Si la tasa de rebote de mi página web no es óptima ¿qué puedo hacer?
Aunque no lo determina todo, lo recomendable es mantener la tasa de rebote con tendencia a disminuir, y esto lo logramos mediante acciones que pueden parecer obvias, pero que no se pueden descuidar en ningún momento. Acá algunas de ellas:
– No te olvides de las palabras clave
Para SEO, las palabras clave constituyen el inicio de todo, pero su importancia no solamente radica en utilizarlas la mayor cantidad de veces posible ni tener un montón de palabras claves para cada contenido. Lo verdaderamente importante es que estas palabras estén directamente relacionadas con el contenido y maximicen su calidad. Gracias a ella podremos lograr que los usuarios se acerquen a nuestros contenidos a partir de sus propios intereses y encuentren información de utilidad. Seguramente ayudará mucho para que luego respondan positivamente a los call to action.
– No canses al usuario y facilítale la lectura
Aunque las páginas web pueden estar repletas de información verdaderamente relevante, es necesario tener en cuenta que esta debe ser presentada al usuario de tal manera que no lo canse, que sea legible. Los textos, imágenes y demás contenidos deben ser editados y optimizados de la mejor manera para atraer visualmente al lector para que le resulte fácil seguir el hilo. Dentro de este aspecto es muy relevante la necesidad de jerarquizar la información: utilizar etiquetas de títulos suficientes, categorías y secciones.
Si la lectura es exitosa, el usuario querrá continuar e interactuar con la página, reduciendo así la tasa de rebote.
– La experimentación siempre podrá dar buenos resultados
No tienes que centrarte en únicamente un solo tipo de contenido. Las buenas experiencias de usuario están muy determinadas por la creatividad y dinamismo que das a las páginas web. Es momento de que descubras que otros contenidos, aparte del texto y las imágenes, pueden mantener alerta a tus lectores y los pueden inducir a la interacción.
– Test A/B
Como te darás cuenta, pueden a ver un montón de estrategias y caminos para emprender el camino hacia el mejoramiento de la tasa de rebote. El problema es que se debe determinar cuál de todas ellas funciona mejor a lo largo del tiempo. Las pruebas A/B nos permiten esto, haciendo comparaciones entre dos versiones de una página web que se pondrán a disposición de los clientes de manera aleatoria. Se deberá hacer el mismo análisis de métricas para encontrar qué cosas funcionan en la versión A y cuáles funcionan en la versión B. Ya teniendo esta claridad, podremos trazar un plan de acción más estable y seguro.
Al final, la tasa de rebote da pistas a las páginas web sobre un posible mal funcionamiento en todo lo relacionado con la calidad de los contenidos, la disposición de estos y claro está, la experiencia de usuario; pero para que pueda beneficiar la optimización, se deberán hacer ajustes muchos más profundos para que todo sea coherente con los objetivos de marca, con los objetivos del marketing y con lo que se busca hacer específicamente con la página web.
Pon siempre en contexto la tasa de rebote y tendrás un panorama mucho más completo de lo que está sucediendo.